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El proceso Cesc sigue su curso. Lento pero seguro, el Barça y el jugador siguen acercando posturas. Wenger no será un obstáculo para ello.
Cesc Fàbregas es el objetivo número uno del Barcelona de cara a la próxima temporada. De eso no hay duda. Tampoco hay dudas respecto a que el jugador se encontraría como pez en el agua en el Barcelona. En el equipo barcelonista se crió y asumió una manera de entender el fútbol que le ha llevado al estrellato. Es del Barça desde que su abuelo le llevaba al Camp Nou siendo un niño y tiene en el vestuario barcelonista a algunos de sus mejores amigos.
Tampoco ofrece duda alguna que el catalán se siente muy a gusto en Londres, que mantiene una relación estupenda con el manager de los gunners. Arsène Wenger es el principal culpable de que este chico de Arenys diera el salto cualitativo que le llevó de los juveniles del Barcelona a la Premier League, donde ahora luce el brazalete de capitán de uno de los equipos con más tradición de Inglaterra.
Ante este planteamiento, lo que platea una duda más que razonable es la dureza de las negociaciones que van a tener que acometer tarde o temprano el Barcelona con el Arsenal para que el centrocampista catalán regrese al sitio donde soñó con jugar y en el que todo el mundo desea verle de nuevo.
Pues en contra de lo que se presupone, este diario ha podido saber que Arsène Wenger se va a mostrar absolutamente neutral en la negociación y no va a presionar al jugador en ningún sentido. Otra cosa es que los ejecutivos del Arsenal le exijan al Barcelona un precio astronómico para sentarse a negociar el traspaso de su estrella y capitán.
Dicho de otra manera, Arséne Wenger está dispuesto a encender la luz verde para que si Cesc así lo cree y lo desea, se vaya del Arsenal.
De hecho, no es una actitud ni extraña ni nueva en el mánager de los ‘gunners’. Siempre que un jugador ha deseado irse, Wenger le ha dejado ir. En algunos casos, a lo sumo, ha logrado retrasar su marcha, como pasó en el caso de Thierry Henry...o del propio Cesc hace pocos meses. Pero si tras la primera conversación el jugador sigue en su determinación de cambiar de aires, Wenger, que es un hombre inteligente, no acostumbra a ponerse hecho un basilisco ni utiliza golpes bajos al estilo de su ‘enemigo íntimo’ Sir Alex Ferguson.
Así pues, antes que Fàbregas han obtenido el beneplácito de Wenger para abandonar el Arsenal jugadores como Petit, Overmars, Adebayor, Kolo Touré o el propio Hleb, quienes más allá de su calidad futbolística, sí que eran piezas importantes para Wenger.
Si el entrenador alsaciano cedió con jugadores a los que no le unía una especial relación personal, el Barcelona confía que con Cesc no será menos.
De hecho, Wenger en diversas ocasiones ha comentado que asume el hecho de que Cesc no va a acabar su carrera deportiva en el Arsenal, pero eso no resta que se sienta muy molesto ante las intromisiones de equipos como el Real Madrid o el FC Barcelona en su plantilla. El técnico del conjunto londinense, que no se anda con demasiados remilgos cuando toca hacer ofertas astronómicas a jugadores de las canteras de los equipos de medio mundo, no soporta que le paguen con la misma moneda cuando esos chicos se han convertido en profesionales.
Por tanto, cualquier pulso o degradación de las relaciones existentes entre Wenger y Cesc están totalmente descartadas. Una cosa es que el jugador apunte al Barcelona de cara a la próxima temporada y otra muy diferente que jugador y técnico unan esfuerzos y den el cien por cien de sus capacidades para conseguir completar una exitosa temporada con el conjunto londinense.
No obstante, la luz verde del manager, o mejor dicho, el hecho de garantizar la no belicosidad de Wenger en este intrincado asunto no asegura, ni mucho menos que el Barcelona lo vaya a tener fácil en la negociación por repatriar al centrocampista inglés.
La directiva del Arsenal no tiene ni mucho menos una actitud tan contemplativa como la que adorna a Wenger. Los responsables de las finanzas del Arsenal deben de lidiar con unas cuentas que preocupan, y de qué manera, a los principales accionistas del club. A pesar de haber vendido en las últimas temporadas a importantes miembros de su plantilla, por precios que no se pueden considerar baratos en absoluto, el Barça puede dar fe de ello, el Arsenal sigue en una complicada situación económica a causa de la construcción del Emirates Stadium. Por tanto, los responsables de los ‘gunners’ no van a dar fácilmente su brazo a torcer. Ya puede insistir Cesc o ya puede dar su bendición a todo Arsène Wenger, que si el Barcelona no ofrece 45 millones de libras, unos 50 millones de euros, nada habrá que hablar.
Tampoco ofrece duda alguna que el catalán se siente muy a gusto en Londres, que mantiene una relación estupenda con el manager de los gunners. Arsène Wenger es el principal culpable de que este chico de Arenys diera el salto cualitativo que le llevó de los juveniles del Barcelona a la Premier League, donde ahora luce el brazalete de capitán de uno de los equipos con más tradición de Inglaterra.
Ante este planteamiento, lo que platea una duda más que razonable es la dureza de las negociaciones que van a tener que acometer tarde o temprano el Barcelona con el Arsenal para que el centrocampista catalán regrese al sitio donde soñó con jugar y en el que todo el mundo desea verle de nuevo.
Pues en contra de lo que se presupone, este diario ha podido saber que Arsène Wenger se va a mostrar absolutamente neutral en la negociación y no va a presionar al jugador en ningún sentido. Otra cosa es que los ejecutivos del Arsenal le exijan al Barcelona un precio astronómico para sentarse a negociar el traspaso de su estrella y capitán.
Dicho de otra manera, Arséne Wenger está dispuesto a encender la luz verde para que si Cesc así lo cree y lo desea, se vaya del Arsenal.
De hecho, no es una actitud ni extraña ni nueva en el mánager de los ‘gunners’. Siempre que un jugador ha deseado irse, Wenger le ha dejado ir. En algunos casos, a lo sumo, ha logrado retrasar su marcha, como pasó en el caso de Thierry Henry...o del propio Cesc hace pocos meses. Pero si tras la primera conversación el jugador sigue en su determinación de cambiar de aires, Wenger, que es un hombre inteligente, no acostumbra a ponerse hecho un basilisco ni utiliza golpes bajos al estilo de su ‘enemigo íntimo’ Sir Alex Ferguson.
Así pues, antes que Fàbregas han obtenido el beneplácito de Wenger para abandonar el Arsenal jugadores como Petit, Overmars, Adebayor, Kolo Touré o el propio Hleb, quienes más allá de su calidad futbolística, sí que eran piezas importantes para Wenger.
Si el entrenador alsaciano cedió con jugadores a los que no le unía una especial relación personal, el Barcelona confía que con Cesc no será menos.
De hecho, Wenger en diversas ocasiones ha comentado que asume el hecho de que Cesc no va a acabar su carrera deportiva en el Arsenal, pero eso no resta que se sienta muy molesto ante las intromisiones de equipos como el Real Madrid o el FC Barcelona en su plantilla. El técnico del conjunto londinense, que no se anda con demasiados remilgos cuando toca hacer ofertas astronómicas a jugadores de las canteras de los equipos de medio mundo, no soporta que le paguen con la misma moneda cuando esos chicos se han convertido en profesionales.
Por tanto, cualquier pulso o degradación de las relaciones existentes entre Wenger y Cesc están totalmente descartadas. Una cosa es que el jugador apunte al Barcelona de cara a la próxima temporada y otra muy diferente que jugador y técnico unan esfuerzos y den el cien por cien de sus capacidades para conseguir completar una exitosa temporada con el conjunto londinense.
No obstante, la luz verde del manager, o mejor dicho, el hecho de garantizar la no belicosidad de Wenger en este intrincado asunto no asegura, ni mucho menos que el Barcelona lo vaya a tener fácil en la negociación por repatriar al centrocampista inglés.
La directiva del Arsenal no tiene ni mucho menos una actitud tan contemplativa como la que adorna a Wenger. Los responsables de las finanzas del Arsenal deben de lidiar con unas cuentas que preocupan, y de qué manera, a los principales accionistas del club. A pesar de haber vendido en las últimas temporadas a importantes miembros de su plantilla, por precios que no se pueden considerar baratos en absoluto, el Barça puede dar fe de ello, el Arsenal sigue en una complicada situación económica a causa de la construcción del Emirates Stadium. Por tanto, los responsables de los ‘gunners’ no van a dar fácilmente su brazo a torcer. Ya puede insistir Cesc o ya puede dar su bendición a todo Arsène Wenger, que si el Barcelona no ofrece 45 millones de libras, unos 50 millones de euros, nada habrá que hablar.
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